El archipiélago de San Andrés y Providencia, en el Caribe occidental, contiene el 77% de los arrecifes coralinos de Colombia. Estos arrecifes son importantes reservas de biodiversidad y refugios climáticos, siendo el hábitat de 653 especies de peces y más de 35 especies de aves marinas. En el archipiélago vive el pueblo raizal, que representa el 90% de la población de las islas de Providencia y Santa Catalina y el 30% de la isla de San Andrés. La singularidad del lugar es reconocida nacional e internacionalmente, por lo que desde el año 2000 es reconocida, por la UNESCO, como Reserva de la Biosfera Seaflower y comprende un sistema de áreas marinas protegidas declaradas por el gobierno colombiano.
Los arrecifes coralinos son fundamentales para la vida y subsistencia de las mujeres y hombres del archipiélago, quienes dependen del turismo de “mar, arena y sol” y de la pesca en los arrecifes como principales actividades económicas; así mismo, proporcionan protección costera a las comunidades, un servicio que ha demostrado ser esencial cuando el huracán Iota, de categoría cinco, impactó las islas de Providencia y Santa Catalina en 2020. No obstante, la salud de los arrecifes de coral está amenazada por factores locales de degradación, como las enfermedades de los corales y los erizos de mar, la contaminación terrestre y acuática, la sobrepesca y la pesca destructiva, el desarrollo costero y el turismo insostenible.
En este contexto, con el programa Fi Wi Riif (“Nuestro arrecife”, en lengua creole) buscamos aumentar la resiliencia de los arrecifes coralinos y las comunidades del archipiélago, mediante una estrategia de gobernanza y financiación a largo plazo. Así mismo, apoyaremos empresas locales que tengan beneficios para los ecosistemas y las comunidades locales.
El programa tiene tres componentes:
En el programa, trabajaremos de la mano de Coralina, autoridad ambiental, y en alianza con la Fundación Prosealand para promover el involucramiento activo de las comunidades locales y el pueblo raizal.