Mire que yo casi todos los días siembro un árbol en la finca mía. Si usted viera mis corredores de conectividad, les he sembrado guanábanos, mangos, forrajeras y están tan bonitos. Esos árboles son los que permiten que existan animales. Ellos son los que capturan el carbono para la protección de nosotros y de los compañeros y de todo el planeta, y de los animalitos. En el corredor hay mochileros y currillos y manaos y micos y monobombos, churucos, chichicos y bebelecos. Todos esos animales. Yo me la paso viéndolos cómo cruzan al bosque, cómo comen guayabas y papaya. Se han vuelto parte de mi casa, de mi familia. Se han adaptado a mí y yo a ellos. Ahora más o menos a las cinco, en la tarde, que no esté asoleando tanto, me voy a caminar los corredores y a mirarlos y a oírlos cantar y, por ahí derecho, le echo un ojo a las vacas a ver cómo andan.
Acá las vacas todas son de leche. Yo mismo las ordeño y mi esposa saca el queso. Tenemos una quesera muy hermosa. Cada día sacamos queso y cada ocho o quince días lo sacamos a vender. Queso cuajado, en bloque de tres o cuatro arrobas. El Fondo está por irse de acá, pero yo seguiré haciendo lo que he aprendido. Hasta que esté en este mundo pienso enseñarle a la gente a hacer los corredores de conectividad y los potreros pequeñitos, a que reflexione sobre lo que le hace a la tierra y a los animales.
Este es un ejemplo que me quedó marcado. La gente me dice Lucho, usted será que me enseña cómo se hace un acueducto ganadero y yo le digo mano, se necesita esto y esto, y yo voy y le instalo el acueducto ganadero. El trabajo de enseñarle a los 64 demás, lo hago de corazón.
Luis Toledo, promotor local
Programa Paisajes Conectados,
Solano, Caquetá