Únete a la conservación de los arrecifes coralinos del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Cayo
Albuquerque
Único atolón circular del archipiélago. Sus praderas de pastos marinos son un hábitat esencial para la alimentación de tortugas marinas.
SAN ANDRÉS
En San Andrés los ecosistemas marinos y submarinos son vitales para el sustento de la población local. Los arrecifes coralinos proveen alimento, empleo y son la fábrica natural de las playas de arena fina y blanca, que atraen diariamente a cientos de visitantes.
CayoS DE Bolívar
A estos cayos, también se les conoce como Courtown o cayos de Bolívar y presentan un entorno de arrecifes inusual y único debido a su forma de riñón que forma parte de un atolón.
Santa Catalina
Esta isla es el refugio ideal para una amplia diversidad de especies marinas que compiten por las mejores áreas del arrecife. En el pasado, fue el escondite perfecto para piratas y bucaneros.
Providencia
Rodeada por una barrera de 32 kilómetros de arrecifes coralinos, la segunda más larga del Caribe y en buen estado de conservación, Providencia es la única isla volcánica alta en la terraza Mesoamericana. Su belleza y biodiversidad se extiende desde su montaña hasta los fondos marinos, siendo el principal hogar del pueblo Raizal.
CAYO Serranilla
Hogar de 68 especies de aves, el 80% de las cuales son migratorias y el 20% residentes marinas. Es una zona reconocida como refugio de tiburones debido a su alta diversidad y abundancia.
Cayo Quenna
Conocido en español como Quitasueño, es el atolón más grande del archipiélago. Un arrecife que creció alrededor de una isla volcánica que se fue hundiendo con el tiempo.
Cayo Bajo nuevo
Sus arrecifes de coral presentan una de las más altas coberturas de coral vivo en el Caribe, incluyendo especies en peligro de extinción como el coral cuerno de alce y cuerno de ciervo.
Cayo Serrana
Este es el cayo más grande del archipiélago, con dunas de más de 10 metros de altura y vegetación, es hogar para aves marinas locales y migratorias como gaviotas y piqueros. Es un refugio para la anidación de tortugas marinas y hogar del caracol pala, cuya pesca está permitida de manera artesanal.
Cayo Roncador
Formado principalmente por restos de coral, este cayo es extremadamente rocoso, con sólo una pequeña playa. Sus rocas son el lugar perfecto para la anidación de aves piqueros.